Se encuentra en la RESERVA NACIONAL SAMAYA PAQUIRA.
Lo primero que llama la atención del visitante es el extraño color del
agua de los ríos y cochas de esta reserva, oscura y casi inmovil por el
escaso desnivel del terreno, el agua refleja con la misma fidelidad de
un espejo el cielo y las nubes, la vegetación de las orillas y los
grandes árboles, haciendo sentir al viajero que va navegando entre
espejos interminables.
El
Amazonas es el río más largo, caudaloso, ancho y profundo que
existe. La cuenca del Amazonas, conocida como la Amazonía,
tiene un área de 7’165,281 kilómetros cuadrados,
correspondiéndole un 13.37% al Perú. La Amazonía cuenta con la
mayor extensión de bosque tropical húmedo del mundo y es
considerada patrimonio de la humanidad por la diversidad
biológica que alberga. La belleza de estas áreas, así como su
riqueza biológica, han hecho del Perú, un destino para
eco turistas e investigadores de la naturaleza.
La
Reserva alberga una gran diversidad de flora y fauna
silvestre, así como de vida acuática: 449 especies de aves, 102
de mamíferos, 69 de reptiles, 58 de anfibios, 256 de peces y
1204 especies vegetales. Entre las especies amenazadas
o en peligro de extinción que habitan en ella, tenemos al
jaguar (Felix oca), el lagarto negro (Melanosuchus niger), el manatí (Trichechus inunquis), diversas tortugas de río, la nutria de río (Pteronura brasiliensis), el guacamayo rojo, el delfín rosado y el paiche (Arapaima gigas).
Un elemento esencial que caracteriza esta área protegida
es el ciclo de creciente y vaciante. Los meses de octubre y
abril corresponden a la temporada de lluvia y el agua de los
ríos y quebradas crece inundando gran parte del bosque,
por lo que a esta época del año se le denomina la época de
creciente. Entre mayo y septiembre tiene lugar la vaciante,
cuando las lluvias disminuyen notablemente y el nivel el agua
va bajando progresivamente alcanzando su mínimo en
agosto. Este cambio estacional y el relieve plano del terreno
configuran un paisaje con abundante cochas, pequeños ríos,
quebradas y caños.
La fauna se adapta a este
ciclo de creciente y vaciante y así, cuando la mayor parte del
bosque permanece inundado se refugia en las zonas
altas, restingas, donde el agua nunca alcanza.
Durante la vaciante, cuando el agua queda retenida en
pequeñas lagunas y quebradas, se puede observar gran acuática
pescando los abundante peces que allí se concentran. Durante
esta época también se forman grandes playas que son
utilizadas por los pobladores de la reserva para cultivar
arroz, frijoles, maní y otros cultivos, y también por dos
especies muy características de la Reserva, las tortugas
acuáticas “charapa” (Podocnemis expansa) y “taricaya” (Podocnemis unifilis), que las utilizan para poner sus huevos.
En Pacaya-Samiria, una gran extensión de bosque permanece
inundado gran parte del año, con especies características como
el aguaje, una palma cuyos frutos son consumidos por numerosos
animales e incluso por los pobladores de las
comunidades locales. Pungales, ceticales, renacales son otras
formaciones vegetales que hacen que el paisaje de la reserva
sea único en esta parte de la Amazonía. También podemos
encontrar gran diversidad de plantas medicinales y árboles
que llegan a alcanzar los 50 metros, como la lupuna. En algunas
zonas todavía se pueden encontrar árboles de caucho que
conservan las marcas de la explotación cauchera de hace
unos 80 años.
Cabe mencionar a las tortugas “charapa”
y “taricaya”, dos especies de tortugas anfibias que se
encuentran en peligro de extinción. Entre los meses de julio y
diciembre, las autoridades de la Reserva llevan a cabo la
recolección de los huevos que depositan las tortugas en las
playas de los ríos, a fin de evitar su recolección
ilegal y permitir su incubación. Igualmente, al paiche, uno de
los peces de agua dulce más grandes del mundo, que puede
alcanzar hasta dos metros y medio de largo. La gran demanda de
su exquisita carne, ha producido una sobre extracción
de esta especie, poniéndola en peligro de extinción.
En el aspecto socioeconómico, existen en la Reserva 94
centros poblados, siendo 21 de ellos, comunidades nativas
pertenecientes a la etnia Cocama-Cocamilla. La población es de
42,000 personas y su actividad económica se centra en
la pesca, la agricultura, la recolección y la caza, siendo la
primera, la actividad económica más importante y principal
fuente de alimentos. Las ciudades más cercanas a la Reserva son
Nauta y Requena.
La Reserva Nacional
Pacaya-Samiria es parte del Sistema Nacional de las Áreas
Naturales Protegidas por el Estado Peruano (SINAMPE) y su
administración está a cargo del Instituto Nacional de
Recursos Naturales (INRENA), que cuenta con oficinas en Lima e
Iquitos. De acuerdo con el Plan Maestro para la Conservación
de la Diversidad Biológica y el Desarrollo Sostenible de
la Reserva Nacional Pacaya-Samiria, los turistas sólo pueden
tener acceso a determinadas zonas, previo pago de un
derecho de ingreso.
Este curioso color es el estado en
descomposición de los millones de hojas y ramas que caen diariamente de
los árboles, al desintegrarse en el agua la materia vegetal desprende
una sustancia llamada Tanino, que oscurece el liquido dandole la virtud
de reflejar imágenes , de ahi que esta reserva sea llamada la Selva de
los Espejos.
Los nativos de
esta zona le llaman TAWAMPA a las regiones pantanosasinhundadas or los
ríos. Toda la Selva es una tawampa gigantesca con escasas porciones de
tierra firme.
En el año de 1982, el Estado Peruano estableció la
Reserva Nacional Pacaya-Samiria, ubicada en el noroeste del
Perú, en la confluencia de los ríos Marañón y Ucayali,
Departamento de Loreto, con el objetivo de conservar los
recursos de flora y fauna, así como la belleza paisajística
existente en dicha zona. La Reserva tiene un área de
2´080,000 hectáreas que representa el 1.5% de la superficie
total del país, y es la segunda área natural protegida más
grande del Perú. Asimismo, es el bosque inundable de mayor
extensión en la Amazonía, sujeto a protección estatal.
El nombre de la Reserva Nacional Pacaya-Samiria proviene
del nombre de los dos ríos que la recorren: el río Pacaya y el
río Samiria. La Reserva posee una belleza singular, siendo
llamada también la “Selva de los Espejos” debido a que la
selva y el cielo se reflejan con tal nitidez en las aguas
oscuras de sus ríos, que el visitante tiene la sensación de
encontrarse navegando por espejos sin fin.
sábado, 21 de septiembre de 2013
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1 comentario:
Que linda mi selva peruana,estoy orgulloso de tener muchas especies de animales y plantas,,es todo una maravilla la verdad,,,es el futuro de los humanos,,,,protejamosla,
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