martes, 18 de agosto de 2015

La educación en línea llegó para quedarse

Todo comenzó en 1969, cuando el Departamento de Defensa de los Estados Unidos creó ARPANET, la red que luego se haría pública y se conocería como INTERNET. Luego, en la década de los 70, el avance de la tecnología llevo al uso generalizado de computadores personales. En 1977 Apple enfocó sus esfuerzos de mercadeo en el tema educación con el slogan “Por qué cada niño debería tener una Apple después del colegio”, jugando con la marca y la tradicional manzana de merienda escolar.
Para la década de los 90 la educación en línea se había convertido en una idea más conocida, y algunas Universidades ya estaban ofreciendo cursos en línea. En 1993 Internet se masificaba y la Universidad llegaba al hogar.
En la primera fase de transformación de la educación se experimentó con lo que se llamó el aprendizaje mixto, una combinación de cursos en línea con sesiones presenciales. El inconveniente de esta fórmula era (y sigue siendo) que los costos subían por la necesidad de mantener una planta física. Para solventar esto, las instalaciones se compartían en turnos que rotaban noche y día, de manera de mantener la ocupación al 100%.
Esta todavía es una práctica común en países latinoamericanos, pero la solución resulta ser parcial, ya que deja afuera un contingente importante de estudiantes que no pueden trasladarse a las instalaciones educacionales para cumplir con el horario fijo de las clases presenciales.
La insuficiencia del modelo llevó a explorar la modalidad 100% en línea, y a mediados del siglo XXI surgieron los MOOCs (massive open online courses) o cursos masivos abiertos y en línea. Estos cursos democratizaban la enseñanza y daban acceso a una educación de calidad, de una manera flexible. El primer MOOC surgió en Canadá en 2008 y fue la gran revolución de la educación en línea. Instituciones norteamericanas como Harvard y el MIT posteriormente le dieron un gran prestigio al modelo.
A partir de allí la revolución de la educación ha sido indetenible, sobre todo a nivel de Educación Superior. Gracias a la evolución de la tecnología, las herramientas de colaboración se han hecho cada vez más variadas, las aplicaciones, las plataformas educacionales, y los juegos se han sofisticado para convertirse en ricas experiencias de aprendizaje. El rol del profesor y del alumno ha cambiado sustancialmente a partir de los diferentes recursos educacionales disponibles hoy. El estudiante tiene mucho más control sobre su aprendizaje y éste se flexibiliza para adecuarse a las necesidades del estudiante.
Y ya nunca más la educación será igual. El paradigma cambió y la penetración de Internet hace que el proceso sea irreversible.
El 35% de la población mundial está conectada a Internet, el 93% tiene dispositivos móviles, y el 26% participa activamente en social media. Se espera que para 2015 el número de usuarios de internet llegue a los 3 mil millones, y que este crecimiento venga fundamentalmente de mercados emergentes como América Latina. En esta región, se espera que el número de usuarios llegue a 349 millones en 2017, lo que equivale a una penetración del 63%.
La eficiencia, flexibilidad, calidad y accesibilidad de la educación superior en línea, determinan que llegó para quedarse.