miércoles, 15 de febrero de 2012
Año Internacional de la Energía sostenible para todos
La proclamación por Naciones Unidas de 2012 como Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, a la que hicimos referencia en el boletín anterior, no constituye una conmemoración más, sino que expresa e impulsa un hecho auténticamente revolucionario y de gran trascendencia al que debemos conceder la máxima importancia: la urgente transición energética, necesaria y posible, desde las energías no renovables y contaminantes a la energía sostenible.
En efecto, en la Resolución 65/151, aprobada el 20 de diciembre de 2010, la Asamblea General se declara “Preocupada porque, en los países en desarrollo, más de tres mil millones de personas dependen de la biomasa tradicional para cocinar y como fuente de calefacción, porque mil quinientos millones de personas carecen de electricidad y porque millones de pobres no pueden pagar estos servicios energéticos modernos, incluso si están disponibles”. Sin embargo, esta gravísima situación, que afecta muy negativamente al nivel de vida de miles de millones de personas, no ha llevado a proclamar un Año Internacional de la Energía para Todos, sino de la Energía Sostenible para Todos. No se ha cedido, pues, a la urgencia del problema con un “todo vale”, con una llamada genérica a incrementar el acceso a cualquier recurso energético.
Debemos saludar que no se haya producido la habitual respuesta cortoplacista –que solo “resuelve” momentáneamente un problema a costa de crear otros y de agravar la situación- y que haya primado un planteamiento más global y fundamentado. Un planteamiento que toma en consideración la estrecha vinculación de problemas que se potencian mutuamente como dimensiones de una misma problemática y que solo pueden abordarse de manera efectiva si se tiene en cuenta dicha vinculación. No tiene sentido, en efecto, abordar la cuestión de las carencias energéticas sin tener en cuenta, entre otros, la degradación del medio, el cambio climático, la falta de eficiencia, o los consumos irresponsables. De acuerdo con este planteamiento holístico, la Resolución 65/151, en su apartado 4, “Alienta a todos los Estados Miembros, al sistema de las Naciones Unidas y a todos los demás agentes a que aprovechen el Año Internacional para concienciar sobre la importancia de abordar los problemas energéticos, en particular los servicios energéticos modernos para todos, el acceso a servicios de energía asequibles, la eficiencia energética y la sostenibilidad de las fuentes y del uso de la energía”. El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, habla por ello de “una revolución global de energía limpia, accesible a todos, técnica y económicamente”.
La resolución y las palabras de Ban Ki-moon no son una simple expresión de buenos deseos: la posibilidad de cubrir las necesidades energéticas de la humanidad con el impulso de la eficiencia energética, el consumo responsable y el desarrollo de fuentes limpias y sostenibles, viene avalada por estudios bien fundamentados. De hecho, Ban Ki-moon cuenta desde 2009 con un valioso Grupo Asesor en cuestiones energéticas y de cambio climático, el AGECC (Advisory Group on Energy and Climate Change). Y no se trata únicamente de la opinión del Secretario General de Naciones Unidas y su Grupo Asesor; un sólido estudio, recientemente realizado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), muestra que es posible satisfacer, antes de 2050, las necesidades energéticas del planeta contando únicamente con recursos renovables y limpios, con lo que se podría evitar que la concentración de gases de efecto invernadero supere valores incontrolables. Siempre, claro está, que se realicen las necesarias inversiones para impulsar la investigación y el desarrollo en este campo (http://www.inesglobal.com/ipcc-report-on-renewables.phtml). Esto es algo en lo que es preciso insistir, dado que algunos gobiernos pretenden recortar las ayudas al sector de las energías renovables argumentando que, en momentos de crisis e incertidumbre económica como los actuales, estos esfuerzos de investigación e innovación suponen un lujo que no podemos permitirnos. Lo que no podemos permitirnos es esperar, responde Ban Ki-moon, apoyándose en el amplio consenso de la comunidad científica: esta revolución es esencial y urgente “para minimizar los riesgos climáticos, reducir la pobreza y promover un desarrollo económico sostenible, la paz, la seguridad y la salud del planeta”.
Por supuesto no basta con un nuevo modelo energético para hacer posible un futuro sostenible ni esta transición energética puede tener lugar sin afectar a otros aspectos del sistema productivo y de la organización social estrechamente vinculados. Por eso la revolución energética se inserta en un amplio proyecto para sentar las bases de un modelo de economía verde capaz de hacer frente al desafío de la inclusión social y erradicación de la pobreza, respetando el medio ambiente y la biodiversidad que hacen posible la supervivencia de la especie humana. Este será, precisamente, el contenido de la Cumbre de la Tierra Rio +20 que se celebrará en Rio de Janeiro del 20 al 22 de junio de 2012. Álvaro Marchesi, Secretario General de la OEI, ha destacado la importancia de esta Cumbre y la oportunidad que brinda para “lograr una economía ecológica que garantice la sustentabilidad y la erradicación de la pobreza” (http://www.oei.es/divulgacioncientifica/spip.php?article390). La OEI estará en Rio+20 con el proyecto “Luces para aprender”, ya en marcha en los países iberoamericanos, “que expresa el compromiso colectivo de la región con las energías alternativas, con la equidad, con la educación de calidad y con papel protagonista de las comunidades en la sostenibilidad de los proyectos locales”.
Depende de todos nosotros que estos objetivos de transición energética y nuevo modelo de economía verde se puedan alcanzar, si logramos crear el clima social que obligue a los líderes políticos a adoptar las medidas y acuerdos necesarios para vencer las inercias y los intereses a corto plazo.
Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 76, 2 de febrero de 2012
http://www.oei.es/decada/boletin076.php
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